Tampico, Tamaulipas.– La antorcha que desde hace lustros ilumina simbólicamente el camino del migrante para abrirle paso a la imagen de la Virgen de Guadalupe, ha entrado de nueva cuenta al territorio tamaulipeco a través de su lado más sureño: por el puerto de Tampico, a donde acaba de bajar este lunes, unos quince minutos antes de las 6 de la tarde, atravesando para ello el puente monumental que lleva el nombre de esta ciudad.
Las banderas de México y los Estados Unidos ondean como saludando con la brisa a la última entidad de la república mexicana, antes de abandonar esta patria y adentrarse en suelo estadounidense, como lo hacen tantos inmigrantes centroamericanos o mexicanos que vienen desde el sur de esta nación bordeando la costa este para llegar, por la ruta más corta, al llamado «país de las oportunidades».
Acompañados por fieles católicos tanto como por danzantes, los portadores del cuadro de la referida «advocación mariana», y de la tea ardiente que les va alumbrado el camino, llegan procedentes también de América Central y habiendo hecho escalas en los distintos estados que atraviesan antes de ingresar a #Tamaulipas, en cuyo sur permanecen cada año varios días para después proseguir su rumbo, que es también la ruta del migrante.
Para diciembre, la flama guadalupana deberá estar ya en la llamada «Gran Manzana», la metrópoli neoyorquina, a donde se espera que, conforme al trayecto acostumbrado, entre por Manhattan y de ahí se encamine hacia la Catedral de San Patricio, donde feligreses mexicanos y de otros países de Latinoamérica, principalmente indocumentados, la estarán esperando.
