Durante una reunión anual de la Sociedad Americana de Genética Humana (ASHG, por sus siglas en inglés), Ryan Bohlender, un genetista de la Universidad de Texas, en EEUU, declaró que las genomas de los melanesios se difieren de los ya conocidos neandertales o denisovanos.
Según el equipo científico dirigido por Bohlender, la mezcla de los humanos modernos con estas especies no es toda la historia, puesto que las consecuencias de los contactos de nuestros primeros antepasados —que llegaron de África hace 100 y 60.000 años— con los denisovanos todavía no han sido suficientemente investigados.
Así, los neandertales están bien representados en el registro fósil, mientras que la única evidencia de la existencia del hombre denisovano son el hueso de un dedo y un par de dientes, encontrados en una cueva de Siberia en el 2008.
De acuerdo con el estudio, las variantes genéticas que los descendientes de europeos heredaron de los neandertales están asociadas con varios problemas de salud, como ataques al corazón o el virus del papiloma humano (VPH). Al mismo tiempo, los europeos y los asiáticos llevan una cantidad similar —el 2,8%— de ADN neandertal. Pero en lo que respecta al ADN denisovano, los melanesios modernos llevan un 3% de este ADN, en comparación con la ausencia del ADN melanesio en los europeos y solo un 0,1% para los asiáticos modernos.
De acuerdo con un estudio llevado a cabo por otro grupo de investigadores del Museo de Historia Natural de Dinamarca —quienes analizaron el ADN de 83 aborígenes australianos y 25 nativos de Papúa Nueva Guinea— y publicado en la revista Nature, el ADN fue muy similar al de los denisovanos, pero podría pertenecer a un otro homínido, como Homo Erectus o el llamado Hobbit.
«Todavía desconocemos quién es», comentó el investigador principal, Eske Willerslev.
Sin embargo, podría ser otra rama de los denisovanos, el único problema es que los científicos no son capaces de confirmar esto debido a la insuficiencia de las pruebas concretas, comentó el genético Mattias Jakobsson, de la Universidad de Upsala (Suecia). Agregó que la posible diversidad genética de los denisovanos podría conducir a diferencias entre los pueblos modernos, pero si no eran genéticamente diversos, podríamos tener otro antepasado extinto.
«Los humanos modernos y los humanos arcaicos se reunieron en numerosas ocasiones y tuvieron muchos hijos», concluyó.