A través de cartas, dirigidas a la Opinión Pública, integrantes de la sociedad civil mostraron su respaldo al Químico, Sergio Antonio Salazar Salazar quien fue detenido y enviado al Centro de Readaptación Social en Sonora para que responda por los hechos registrados el 5 de junio de 2009 en la Guardería ABC de Hermosillo en dónde murieron 49 menores, época en la que fungía como director de prestaciones del Seguro Social.
Felipe Altamirano Estrella, que actualmente es administrador de mercados del ayuntamiento de Tampico redactó una misiva, en la que considera que el reconocido empresario fue exhibido injustamente, pese a su trayectoria intachable.
«Estimado Químico, no hay más humillación para una persona que ser exhibido como un criminal y apresado sin que medie un juicio que lo declare culpable…la soledad de este agravio, consume al inocente es cuando los verdaderos amigos se cuentan con los dedos de las manos. Cuando los saludos se retiran por no convenir a los intereses, por no contagiarse de la desgracia y el desprestigio del supuesto culpable. Ante la injusticia de nada valen las décadas de trabajo honesto y el prestigio profesional alcanzado»
Altamirano Estrella brindó su solidaridad a Salazar Salazar y considera que en su carrera ha buscado preservar y no terminar con la vida.
«Por eso y porque he vivido en carne propia circunstancias como esta, externo mi solidaridad y apoyo moral a nuestro amigo, Sergio Salazar y a su apreciable familia por la actual situación que están padeciendo…esperemos en Dios sea declarado inocente y se retiren los cargos de los que se le acusan porque es un buen ciudadano, persona cabal, productiva y honesta que no merece el desprestigio del que está siendo objeto y que jamás habría cometido un delito que hubiera puesto en peligro la vida de otras personas. Mucho menos la vida de los bebés que fallecieron en aquel falta accidente de la Guardería ABC…¿Cómo pudiera ser si el Químico Salazar se ha dedicado a salvar vidas a través de análisis clínico certero de pacientes, sin duda una persona responsable, víctima de una infamia que ningún ser humano merece»
Concluyó la carta considerando que la persona que afronta un proceso legal se somete al juicio de la mayoría que dicta una sentencia sin un proceso basado en legalidad y aportación de pruebas.
