El número de casos de coronavirus en todo el mundo cayó un 17 por ciento en la última semana, en comparación con la semana anterior, según dijo la Organización Mundial de la Salud. Eso incluyó un descenso del 50 por ciento en Estados Unidos, mientras que las muertes cayeron un 7 por ciento en todo el mundo, señaló la OMS.
El reporte epidemiológico semanal de la agencia de salud de Naciones Unidas, publicado el martes por la noche, mostraba que la variante ómicron era cada vez más dominante, hasta suponer casi el 97 por ciento de casos estudiados por la plataforma internacional de monitoreo GISAID. Poco más del 3 por ciento de las muestras eran de la variante delta.
“La prevalencia de la variante ómicron ha aumentado en todo el mundo y ahora se detecta en casi todos los países”, dijo la OMS. “Sin embargo, muchos de los países que reportaron un aumento inicial del número de casos debido a la variante ómicron han reportado ahora un descenso en el número total de casos nuevos desde el principio de enero de 2022″.
En total, la OMS reportó más de 19 millones de casos nuevos de COVID-19 y unas 68 mil nuevas muertes en la semana entre el 31 de enero y el 6 de febrero.
Como en todos los conteos similares, los expertos dicen que se cree que estas cifras están muy por debajo de lo real.
El número de casos identificados cayó en las seis regiones de la OMS salvo al este del Mediterráneo, donde subió un 36 por ciento, con aumentos especialmente amplios en Afganistán, Irán y Jordania.
En Europa, los casos cayeron un 7 por ciento liderados por descensos en lugares como Francia y Alemania, mientras países de Europa oriental como Azerbaiyán, Bielorrusia y Rusia registraban aumentos. En América, los casos cayeron un 36 por ciento. Estados Unidos, que sigue siendo el país del mundo más afectado por el virus, registró 1.87 millones de casos nuevos, un 50 por ciento menos que la semana anterior.
La OMS señaló que había datos limitados de la efectividad de las vacunas contra la variante ómicron, aunque señaló que las estimaciones mostraban una protección reducida de la primera serie de vacunas contra el COVID-19 contra la variante para enfermedad grave, enfermedad sintomática e infección. Las vacunas eran en su mayoría efectivas para impedir una enfermedad grave de ómicron.
La agencia señaló que las dosis de refuerzo aumentaban las estimaciones de efectividad de vacuna a más del 75 por ciento para todas las vacunas de las que había datos disponibles, aunque las tasas declinaron pasados de tres a seis meses desde la inyección.