Ante la amenaza de ataques rusos a la red eléctrica de Ucrania es ahora aún más aguda, espera que sus equipos de defensa aérea, reforzados con nuevos sistemas occidentales, puedan evitar que el país quede sumido en la oscuridad.
Moscú ha establecido sus propias instalaciones para fabricar drones de asalto basados en el Shahed-136 iraní.
Por su parte, Ucrania se prepara para un segundo invierno en el que aviones no tripulados y misiles de asalto bombardearán su infraestructura crítica.
Casi la mitad del sistema energético de Ucrania resultó dañado por los ataques rusos el invierno pasado, cuando Moscú disparó cientos de drones Shahed junto con misiles de crucero más rápidos y pesados para atacar plantas de energía y transformadores.
Kiev espera contrarrestar la renovada amenaza con una línea reforzada de defensas aéreas, incluyendo cañones antiaéreos Gepard de fabricación alemana recientemente donados: una elegante torreta verde montada en el chasis de un tanque de batalla.
Serhiy Naiev, uno de los generales de mayor rango de Ucrania, dijo que las fuerzas armadas se estaban preparando para otro invierno de ataques rusos contra infraestructura clave.
“Entendemos que el enemigo no ha renunciado a sus intenciones criminales de atacar instalaciones de infraestructura crítica, dañando a Ucrania y su economía. Estamos tomando las medidas necesarias para cubrirla (la infraestructura crítica) y reforzar el sistema de defensa aérea”, dijo Naiev.
Naiev no quiso mencionar la cantidad de sistemas involucrados en un esfuerzo de defensa tan vasto, pero dijo que el arsenal de defensa aérea de Ucrania había sido reforzado por el suministro de nuevos equipos de los aliados de Ucrania.
Cada radar de Gepard tiene un radio efectivo de 12 kilómetros, lo que significa que Ucrania no tiene suficientes para cubrir su vasto territorio. Naiev dijo que se están desplegando ametralladoras de gran calibre como la M2 Browning de fabricación estadounidense para llenar los huecos.