TAMPICO, TAMAULIPAS.– Originalmente eran once: hoy en día sólo hay nueve de los pilares que sostuvieron el techo de la única sede del gobierno estatal que ha habido en Tampico, cuando esta ciudad y puerto fue la capital de Tamaulipas, hace ya más de un siglo.
Las enormes columnas de hierro forjado, con peso aproximado a una tonelada cada una, están «arrumbadas», como se dice coloquialmente en esta zona, hasta el fondo del patio de lo que hoy en día es la ya de por sí histórica escuela primaria Gabino Barreda.
Son tal vez, junto con la estructura de ladrillos, puertas y ventanas de madera que conforman el conjunto arquitectónico, los elementos de valor histórico que prevalecen de aquello que no sólo funcionó como la casa del gobierno estatal de 1913 a 1914, hace justamente 105 años, sino que además fue el sitio donde el personaje de nombre Serapio Venegas, legendario para el gremio petrolero, firmó el primer contrato colectivo de trabajo con una empresa que no era Pemex, la cual ni siquiera existía, en el año de 1924.
Las columnas estarían mejor resguardadas en espacios como: la Casa de la Cultura o cualquier otro museo local, si no es que ahí mismo, en el inmueble del que formaron parte, pero erguidas, firmes y con el letrero respectivo que hablara sobre su historia.